miércoles, 15 de abril de 2015

Quince minutos de fama gloriosos.

Lo he de confesar, no soy un gran admirador de los reallity show televisivos. Desde siempre he sido de la opinión de que son tan falsos como esos combates de lucha libre americana que, bajo el aspecto de una competencia deportiva, en realidad presentan un teatro donde el resultado final está guionizado desde el principio, y solo se asiste a una demostración de trucos espectaculares de la disciplina en cuestión que, en un evento competitivo real, probáblemente no veríamos, pues los luchadores optarían por tácticas menos arriesgadas. Así, uno de esos programas sería a un verdadero concurso televisivo lo que un evento de la WWE a un verdadero torneo de lucha libre. Por lo tanto, no me interesan demasiado. Sin embargo, es difícil escapar a su influencia, pues los seguidores de estos programas están por todas partes, y quieras o no, acabas enterándote más o menos de cuales están en antena y como se desarrollan.

Eso mismo ocurrió esta mañana cuando, en la intimidad de mi cuarto de baño, dedicado a las tareas propias del lugar, caí en ese nuevo vicio de nuestros tiempos que es consultar tu smartphone en esos momentos de escatológico recogimiento. Mas concretamente, consultar Twitter. Y encabezando la lista de trending topics encontré uno realmente extraño: #leoncomegamba, que contenía una colección de memes y comentarios jocosos referidos al programa semanal del reallity Masterchef emitido la noche anterior. El citado concurso consiste en una simulación de academia de cocina, donde los concursantes se someten al escrutinio de tres chefs profesionales, con estrellas Michelin y toda la parafernalia. Naturalmente, como en todo reallity que se precie, lo importante no es el resultado final del concurso, sino la convivencia de los concursantes en el espacio reducido de la cocina. Y como en todo reallity, los concursantes adquieren una cierta fama al asumir unos roles clásicos (el torpe, el broncas, el sensible, el inocente, el intrigante, etc.) mientras que los jurados se benefician de la publicidad que representa aparecer en un programa de gran audiencia como ese. Todos ganan, pero hay momentos en que lo imprevisto altera el guión. Y eso parece que sucedió la pasada noche.

Uno de los innumerables memes satíricos creados a costa del último programa de Masterchef (14/04/15)



Repito de nuevo que no soy seguidor del programa, por lo tanto, ni conozco la trama heredada de programas anteriores ni vi el programa semanal completo, sino simplemente uno de los muchos cortes subidos a la Red del "momento estrella" de la noche, así que puede que de demasiadas cosas por supuestas, pero no creo que me equivoque demasiado. En resumen: uno de los concursantes, que supongo es el que asume el rol de "torpe" en el desarrollo de la trama, presenta ante el jurado su creación culinaria para esa semana, un plato llamado "león come gamba". A primera vista, una especie de salpicón de mariscos coronado con una patata cocida decorada a guisa de cabeza de león, y una salsera con la salsa que ha de acompañar el plato. El concursante expone su creación, los ingredientes, el concepto culinario que representa el plato, etc. y en ese momento hay algo que te dice que un retazo de verdadera realidad se ha colado entre tanta farsa. Está en la mirada de los jurados. Esa mirada que parece decir "no nos pagan bastante para esto". Intuyes que va a pasar algo grandioso.

El desarrollo a continuación es el esperado: el plato tiene la calidad de uno de esos primeros intentos de cocina cuando, recién independizado, en tu apartamento de soltero decides por fin que los fogones de la cocina sirven para algo mas que para calentar platos precocinados congelados: la patata esta cruda por dentro, al verter la salsa primero cae un pegote con todos los ingredientes triturados, y luego un chorro de caldo,  el concursante asiste con cara de "no hay para tanto" a los aspavientos del jurado ante la bazofia intragable que tienen delante... el momento es hilarante, de una comicidad extrema, y sin embargo, cuando los jurados reaccionan de forma airada, indignada, percibes que hay algo de realidad en su reacción, que esta pasando algo que no estaba a priori en el guión.


El momento épico. 

En esa reacción parece que hay una parte de sincera indignación ante el descubrimiento de que acaban de convertirte en un bufón, en figurante de un sketch cómico. Si eres un profesional de los fogones, no hay publicidad que pague la humillación de saber que en ese preciso momento ya eres el hazmerreir de las redes sociales. Sinceramente, los guionistas hoy se han pasado, piensas, y explotas. De una manera bastante improvisada y sincera, me parece a mi. Luego, todo sigue el desarrollo esperado, el concursante es descalificado, y monta una escena dramática en antena, aunque no parece que horas después estuviese muy afectado, a juzgar como "retuiteaba" los memes mas cómicos creados a su costa. No, si anoche hubo un ganador, fue él. Consiguió sus quince minutos de fama. Y tres profesionales de prestigio tal vez estén en estos momentos maldiciendo el día que aceptaron participar en esta charada. Hay cosas que toda la publicidad del mundo no puede compensar.

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