viernes, 20 de enero de 2017

¿Nadie espera a la Inquisición Española?

Si son entendidos en esto del humor, imagino que conocerán la escena: un escenario de época. Un atildado caballero responde de forma incoherente al interrogatorio de su esposa sobre su tardanza, hasta que acaba estallando con un sentido "¡no esperaba a la Inquisición Española!" Momento en que tres personajes vestidos de clérigos y con sombreros ridículos entran en escena al grito de "¡nadie espera a la Inquisición Española!" Monty Python, grandes entre los grandes. Cada pueblo es famoso por algo que se le da bien. Los ingleses por el humor, y los españoles, como este sketch se encarga de recordar, por la Inquisición.


Confiesa, no los esperabas. 
¿No confiesas? Ellos sabrán hacerte confesar...

Seamos sinceros, España no es país para humoristas. Sí, que duda cabe, ha habido y sigue habiendo grandes maestros de la sátira en España. Y todos ellos han tenido que lidiar con la incomprensión de un pueblo que no acepta de buen grado este arte. España, guste o no admitirlo, es un país de amargados y envidiosos, donde lo que de verdad triunfa es la mofa cruel del vecino, como prueba la gran aceptación que tiene el humor clásico de trastazo y tentetieso: las bromas de cámara oculta, los dibujos animados de la Warner, los cómics de la Escuela Bruguera... reírse de los demás, todo lo que quieras, pero a mi, no me toques. Y cuanto más asciendes en la escala social, más se acentúa el engreimiento. Como dice Javier Cansado, humorista español y de los buenos, "que los españoles tengamos sentido del humor es un tópico. Nos gusta mucho reírnos y el cachondeo, pero no tenemos sentido del humor. [...] Todo lo que sea reírse de los demás mola, pero cuando te atañe a ti ya hay mosqueo."