miércoles, 11 de septiembre de 2013

A relaxing cup of Peperistan.

No hace falta más presentaciones. Al fin y al cabo ha sido la comidilla de las redes sociales durante toda la semana. El apoteósico ridículo de la candidatura olímpica de Madrid, patético discurso de la alcaldesa inelecta de Madrid incluido, ha dado y dará aun para infinidad de chistes, y para mas de una teoría conspirativa, como no, de los palmeros habituales del PP, que no reconocerán una metedura de pata de sus amados lideres ni aunque vean al mundo entero reírse de ellos a mandíbula batiente, y clamaran por la existencia de una conjura intergaláctica contra ellos. Los norcoreanos, en comparación, son unos aprendices en esto del culto a la personalidad. Pero para el común de los mortales, hay una serie de errores de bulto evidentes que lastraban la candidatura olímpica de Madrid 2020, haciendo que conseguir la nominación fuese poco menos que una misión imposible.



Primero que nada, el planteamiento. Madrid se presenta en Buenos Aires alardeando de candidatura "low cost". En su presentación se hartaron a hablar de austeridad. ¿Austeridad? ¿Quien te crees que te está examinando, Angela Merkel? Es el Comité Olimpico Internacional, los organizadores del mayor espectáculo deportivo del mundo. Ellos no quieren ni oír hablar de austeridad. Lo que quieren oírte decir es que te vas a gastar una fortuna indecente en prepararles el show mas espectacular de la historia. Que vas a conseguir que la marca Juegos Olimpicos siga estando en prestigio y espectacularidad la primera del mundo, por delante de la Premier, la NBA, la Formula 1, el Mundial de Futbol FIFA... todo lo que no sea eso, es hacer el ridículo. ¿Low cost? Nosotros solo volamos en business class, señores mios. Me temo que se han equivocado de local. Los Juegos Olimpicos son un capricho de ricos. Y nosotros puede que lo fuéramos en un pasado (solo puede). Pero ahora somos pobres, y no podemos pretender que nos concedan organizar un espectáculo que esta fuera de nuestras posibilidades montar, al menos, a la escala que quien ha de concederte la franquicia exige que lo hagas.

Pero si ya vas lastrado de entrada por esa losa, lo peor que puedes hacer es comportarte con prepotencia, menospreciando a tus rivales, y ninguneando a quien ha de juzgarte con severidad. Y de eso la candidatura de Madrid ha andado sobrada. Parece que hayan querido dar la razón a la vieja caricatura racista del madrileño chulo y arrogante. Porque el cacareo de la prensa afín al poder en España ha sido patético en ese sentido. Especialmente penosa fue la filtración de una con nombres y apellidos de los jurados de cuya posición favorable a Madrid se tenia constancia mas o menos clara, que fue portada de un diario de gran tirada, y que seguramente no sentó nada bien a las personas que habían avanzado esa intención en el bien entendido que se hacia confidencialmente. 

Y como colofón, el esperpéntico discurso de Ana Botella. La máxima expresión de la vergüenza ajena. No vamos a ser hipócritas y exigirle a Ana Botella ser capaz de interpretar sobre el escenario a Shakespeare en su versión original. Pero que menos que haberse ensayado un poco la presentación ante todo el mundo. Por hacer una comparación muy simple, imagino que Neymar a duras penas conocerá más que unas pocas frases hechas en catalán. Pero el día de su presentación con el Barça fue capaz de dar un parlamento bastante correcto en el idioma de su nueva afición. ¿Porqué? Porque había practicado para hacerlo bien. Porque era consciente del valor del escenario. Pero Ana Botella subió al estrado como quien esta en una cena entre amigos, y leyó un discurso en una jerga que a duras penas podía identificarse como inglés. Y eso que, según parece, alguno de sus asesores se tomo la molestia de transcribirlo fonéticamente, para que no la cagara. Pero nada, ¿se tomo ella la molestia de leerlo frente al espejo un par de veces, para acostumbrarse a la entonación? Hombre, por favor, que esta usted hablando con Ana Botella, de los Botella de toda la vida, señora de Jose María Aznar, aquel que ponía los pies encima de la mesa de Yors Bus. ¿Practicar? Eso es cosa de plebeyos. 

Lo dicho, a los miembros del COI sin duda les sentaría de maravilla ver que la alcaldesa de la ciudad aspirante se presentara ante ellos a balbucear una serie de incoherencias que evidenciaban que no les consideraba dignos ni de unas horas de estudio. Pero claro, cuando cuentas con palmeros que al día siguiente de que protagonices la ópera bufa de la temporada, alaban tu naturalidad y tu ingles fluido en la puesta de escena, es muy difícil darse cuenta de que la estas cagando, y creer en conspiranoias que no existen. Aquí lo único que existe es que hemos estado aspirando a olimpiadas por encima de nuestras posibilidades. Y se han dado cuenta de ello, y no nos las han dado. Lo cual ha sido una suerte. Porque imagina que en vez de a estos patanes hubiesen mandado a gente inteligente, que supiese venderse bien y disimular las más que evidentes carencias, y nos hubiesen dado los Juegos Olimpicos, como paso con los griegos hace algunos años. Con la ruina que tenemos encima, súmale eso. No, lo dicho, que suerte que sean tan tontos.


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