domingo, 7 de febrero de 2016

¡Los niños! ¿Es que nadie piensa en los niños?

A veces se me hace muy difícil autoconvencerme de que España es un país real, y no una caricatura perteneciente a una obra de ficción cómica, como el mítico Freedonia de Sopa de Ganso, porque pasan en dicho territorio cosas dignas de una película de los Hermanos Marx. El ultimo episodio marxista-grouchista aconteció este pasado viernes. Como parte de la programación infantil de Carnaval, alguna lumbrera decidio contratar la representación de la obra La Bruja y Don Cristobal de la compañía teatral granadina Titeres desde abajo. Una sátira sobre la violencia y la opresión, probáblemente poco apropiada para el público infantil, y que de hecho en la propia pagina web de la compañia teatral no aparece entre las obras de su repertorio consideradas como estrictamente infantiles. Como era de esperar, la representación de una obra de tal cariz frente a un público familiar provocó las quejas y protestas de buena parte de los espectadores. Hasta aquí nada de especial. Lo que convierte a este espisodio en un esperpento es que intervino la policía, llevandose detenidos a los titiriteros acusados de un delito de apología del terrorismo.

   
Cartel del estreno de la obra de la polémica en Granada