Si, como decían en el hoy ya clásico del cine, un déjà vu es un fallo de Matrix, este jueves por la tarde debió caerse el sistema a lo bestia. Porque lo que se vivió ayer, a muchos lectores veteranos del popular semanario satírico español El Jueves nos recordó a los días del verano de 2007. Corría por aquel entonces un mes de julio relatívamente tranquilo, y aunque en el horizonte ya habían comenzado a aparecer las nubes de la tormenta perfecta que se desencadenaría ese mismo otoño, de momento nadie parecía demasiado preocupado por el futuro inmediato. Como prueba de ese optimismo, el Gobierno de España, presidido entonces por el socialista Rodriguez Zapatero, acababa de anunciar una ayuda a las familias de 2.500 € por el nacimiento de un nuevo hijo, y el popular semanario satirizaba entonces en su número 1.573 sobre el tema con una caricatura en portada, en que mostraba al heredero de la Corona española y su esposa fornicando en la posición del perrito mientras él comentaba: "¿te das cuenta? si te quedas preñada, esto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida".
La susodicha portada causo las furias de sectores monarquicos, y dos días despues de salir a la venta dicho número, a instancias del fiscal Miguel Angel Carballo, el juez Juan del Olmo ordenaba la retirada de los kioscos de los ejemplares que aun quedaban a la venta, por un presunto delito contra la Corona. En el mundo hiperconectado del siglo XXI, las noticias vuelan, y cuando los agentes de policía llegaron a muchos puntos de venta a cumplir con la orden, se encontraron con que ya se les habían adelantado legiones de coleccionistas ávidos de hacerse con ejemplares del número prohibido, agotándolo en cuestión de segundos. Muchos de esos ejemplares fueron inmediátamente puestos a la venta en populares sitios web de subasta de productos de segunda mano, sin escatimar en comentarios jocosos sobre la fracasada censura. Mientras tanto se producían escenas grotescas, como la de los agentes de policía que, en cumplimiento de la literalidad de una ley de finales de los 60, se presentaron en la imprenta con la intención de incautarse de los moldes usados para la impresión, para pasmo de los trabajadores de la misma, que hubieron de explicar a los agentes que hacía décadas que dejaron de usarse tales moldes en el mundo de las artes gráficas.
Por supuesto, la polémica portada cuya contemplación se quiso impedir se convirtió en un fenómeno viral, y antes de que terminara el día ya se hablaba de ella hasta en Nueva Zelanda. Aun hoy es uno de los primeros resultados que aparecen al introducir en cualquier buscador de Internet las palabras "el jueves portada censura". Era de esperar que la lección hubiera sido aprendida definitivamente, y que los amigos de la tijera desistirían en el futuro de desafiar al efecto Streisand. Y sin embargo...
La susodicha portada causo las furias de sectores monarquicos, y dos días despues de salir a la venta dicho número, a instancias del fiscal Miguel Angel Carballo, el juez Juan del Olmo ordenaba la retirada de los kioscos de los ejemplares que aun quedaban a la venta, por un presunto delito contra la Corona. En el mundo hiperconectado del siglo XXI, las noticias vuelan, y cuando los agentes de policía llegaron a muchos puntos de venta a cumplir con la orden, se encontraron con que ya se les habían adelantado legiones de coleccionistas ávidos de hacerse con ejemplares del número prohibido, agotándolo en cuestión de segundos. Muchos de esos ejemplares fueron inmediátamente puestos a la venta en populares sitios web de subasta de productos de segunda mano, sin escatimar en comentarios jocosos sobre la fracasada censura. Mientras tanto se producían escenas grotescas, como la de los agentes de policía que, en cumplimiento de la literalidad de una ley de finales de los 60, se presentaron en la imprenta con la intención de incautarse de los moldes usados para la impresión, para pasmo de los trabajadores de la misma, que hubieron de explicar a los agentes que hacía décadas que dejaron de usarse tales moldes en el mundo de las artes gráficas.
Por supuesto, la polémica portada cuya contemplación se quiso impedir se convirtió en un fenómeno viral, y antes de que terminara el día ya se hablaba de ella hasta en Nueva Zelanda. Aun hoy es uno de los primeros resultados que aparecen al introducir en cualquier buscador de Internet las palabras "el jueves portada censura". Era de esperar que la lección hubiera sido aprendida definitivamente, y que los amigos de la tijera desistirían en el futuro de desafiar al efecto Streisand. Y sin embargo...